Los Olvidados es una película mexicana filmada en 1950. Se estrenó el 9 de noviembre del mismo año en el cine México. Fue escrita y dirigida por Luis Buñuel, quien obtuvo el premio al mejor director en el Festival de Cannes. Esta película ha sido nombrada Memoria del Mundo por la Unesco.
mayo 2016
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La gran fiesta en el norte del país contará con múltiples eventos musicales, dancísticos, gastronómicos, literarios, teatrales, fílmicos. Todos serán gratuitos.
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hacia 1950. Cultura mixteca. Santa María Huazolotitlán,
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En un principio, el pueblo mexica habitaba un sitio indefinido, ubicado en alguna parte de los áridos territorios del norte mexicano o del sur estadounidense. En ese lugar eran esclavos. Según la leyenda, su dios tutelar, Huitzilopochtli, viendo su sufrimiento, los liberó y les prometió un lugar maravilloso para habitar y forjar un gran imperio. Sin embargo, para llegar a su destino, tendrían que esperar y permanecer errantes por tiempo indefinido hasta encontrar la mítica señal que les indicaría el lugar: un águila, posada en un nopal, que devoraba una serpiente o pájaros de hermosos plumajes.
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Ya lo dijeron los de Botellita de Jerez en el Guacarock de la Malinche: Con mi cara de nagual, de nopal sin rasurar, toy orgulloso que conste sí sí sí, yo soy la raza de bronce. Si lo mexicano es naco y lo mexicano es chido, entonces verdad de dios… todo lo naco es chido.
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Hay distintas versiones que narran que durante la Conquista, los españoles preguntaban a los oriundos cómo se llamaba esta tierra, a lo que respondían yuk ak katán, que significa «no entiendo tu lengua» y que derivó en Yucatán. Pero también puede provenir del maya yokot’an, que significa «gente que habla yoko».
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Desde los primeros tiempos y para todas las culturas, la escritura ha sido un elemento de importancia vital para los hombres, las sociedades, el conocimiento, el arte, la historia y la comunicación. Lo escrito nos fascina, transmite, enseña y nos abre, como lectores, millones de ventanas hacia todos los mundos posibles.
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Antes, la escuela era un sitio apacible donde no se necesitaban muchos requisitos para ligar con las muchachas o los muchachos. Todo era sencillo y no había más requisitos que saber un poco de las novelas y un poco de futbol, el resto se dejaba a los designios del amor. Los diálogos fluían entre sonrisitas y coqueteos, nada más. Pero, como todo en la vida, las cosas cambiaron de repente.
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T. Martínez, Andrés. “Zapandú ne ziña yaa, El chintul y la palma”, Dill nhezee bene sa’ stíidxa binni záa, Relatos zapotecos. México: CONACULTA, 2007.