La ofensiva del polvo
- Esta exhibición, curada por Mauricio Marcin Álvarez, reúne el quehacer del artista durante los últimos veinte años, mediante un vasto conjunto de objetos que transitan diversas disciplinas y se desplazan entre lo simbólico y lo útil.
La muestra La ofensiva del Polvo, que se exhibe hasta el 15 de octubre en el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), presenta 123 obras de Diego Pérez (Ciudad de México, 1975) realizadas en las últimas dos décadas, se trata de objetos que se desplazan para cambiar de condición y convertirse en objetos útiles para luego devenir otra vez en objetos simbólicos, dibujos o textos.
Curada por Mauricio Marcin Álvarez, asesor curatorial del MACG, la muestra se articula a partir de nueve núcleos temáticos que exploran la temporalidad de la existencia, tanto humana como no humana; la tensión entre la naturaleza y su culturización; la revalorización de materiales, oficios y estéticas infravaloradas, como los rótulos, el grafiti o el quehacer manual; la impermanencia y la humildad ante la grandeza del tiempo.
En su texto curatorial se comparte: “En su quehacer la labor presupone al placer. Sus obras son hechas —herramientas mediante— con su propio tesón que a veces lleva al acierto, o al lugar que la mano, la cabeza y el corazón premeditan, y otras veces acontece el error, que por supuesto, es también fecundo. En el incesante quehacer creativo de Diego todo fenómeno es materia estética y, a veces, una oportunidad epifánica”.
El trabajo de Diego Pérez, representado por Galería RGR, juega continuamente con lo fronterizo, sean los límites que dividen al arte de otro tipo de objetos, los que dividen al arte del gran público, o los que separan contemplación de experimentación. El artista articula una imaginación escultórica en la que todo material es fuente inagotable de formas, cuyas relaciones no se acaban en la obra, sino que se extienden hacia el entorno y el espectador.
La potencia transformadora del trabajo de Pérez pretende anular la división categórica entre el arte y lo útil, demostrando que los objetos que crea son hermosos porque son útiles. Para él, la hermosura no es un valor aislado ni autosuficiente, sino que hechura y sentido guardan una relación indisoluble.
“Sus objetos no pertenecen de manera limitada al reino de lo simbólico y se desplazan, como contrabandistas estéticos, para cambiar de condición y devenir objetos útiles, y luego otra vez objeto simbólico, y luego dibujo y del dibujo al texto en una transmutación tan fantástica como posible. Un objeto que se usa como mesa en el hogar —que se constituye de una tabla horizontal y unas patas— es instalado en un museo para inquirir las herencias de la modernidad, de los constructivismos y los funcionalismos”, señala Marcin.
Su posición como artista se sostiene en el legado de creadores que intentaron devolver al arte la capacidad de incidir en la vida cotidiana, como Joseph Beuys, Lygia Clark, Robert Filliou o Helio Oiticica. Su quehacer encuentra también terreno fértil en la jardinería, donde se valora a la realidad, técnica y sentidos como fuente de conocimiento. Sus jardines formulan una teoría estética al tiempo de postular una ética sobre el gozo.
Esta retrospectiva de Diego Pérez logra adentrarnos a su labor artística y la oportunidad única de conocer su evolución. La ofensiva del polvo puede visitarse de martes a domingo de 10 h a 18 h hasta el domingo 15 de octubre en Av. Revolución 1608, San Ángel, Álvaro Obregón, 01000 Ciudad de México, CDMX
Sobre Diego Pérez (Ciudad de México, 1975)
Iniciando su carrera en el campo de la fotografía, Pérez se ha orientado hacia la vida pública de los objetos, fomentando, no sin un cierto grado de humor y afinidad por la fantasía, un cuestionamiento sobre las relaciones sociales que le dan a las obras algún significado. Es en la cotidianidad donde una silla se convierte en una repisa, o donde una caja se transforma en una maceta; la frontera arte-vida se constituye y se deshace en la coyuntura de espacio público, obra y espectador.
Para Pérez, es importante echar a andar la imaginación y el ensueño, pues es ahí donde se produce el contacto entre campos en apariencia separados; entre artista, artesano, conocedor de arte, observador casual, y así sucesivamente.
Entre sus exposiciones individuales destacan -“Historia de arena”, Galería RGR, CDMX, (2020); «Nuestra casa sería un campamento», Museo experimental el Eco, UNAM, CDMX (2013); «Proyecto para Zona Sur, dentro del marco de la Feria de Arte Contemporáneo MACO», curada por Patrick Charpenell, Ciudad de México, (2012);»Lo lejano hace señas a lo lejano», Sala de Proyectos Gamboa del Museo de Arte Moderno, CDMX, (2010); «Sombra de sol», Künstlerresidenz «Blumen», Leipzig, Alemania, (2008).
Ha formado parte de las exhibiciones colectivas “Excepciones normales”, Museo Jumex, CDMX, (2021); “7102, Fantasma semiótico situasionista”, Museo de Arte Carrillo Gil, CDMX, (2018); «Las Líneas de la Mano» , Museo Universitario de Arte Contemporáneo, UNAM, CDMX, (2008); «Elefante Negro», Museo Diego Rivera-Anahuacalli, CDMX, (2008); «ABCDF Portraits of Mexico City», Queens Museum Of Arts, EEUU,(2006); “Ouvert Toute La Nuit” en la Maison de la Culture Frontenac , Montreal,( 2005), por mencionar algunas.
Además, ha sido dos veces acreedor a la Beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Beneficiario del Programa Bancomer-MACG Arte Actual, Beneficiario del Programa “Jóvenes creadores” del FONCA y ha participado en residencias artísticas en Alemania, Canadá y Estados Unidos.
Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.
