Luteranismo y su histórica presencia en México
Pedro López Hernández, Author at Mexicanísimo (mexicanisimo.com.mx
Iglesia Luterana el Buen Pastor
En Nueva España la Contrarreforma se impuso gracias a instituciones y a grupos que hicieron posible la formación de una cultura autoritaria, aunque con un enorme poder de adaptación a las circunstancias locales (…) Alicia Mayer, ‘Política contrarreformista e imagen anti-luterana en Nueva España’.
La cultura mexicana está formada por elementos prehispánicos y la inclusión de otros países europeos. Debido a la convivencia entre características propias y externas, se creó una identidad pluricultural, de tal forma que deriva en procesos históricos interesantes. Tal es el caso del Luteranismo en México, pues el origen del segundo es en Alemania con Martín Lutero, el 31 de octubre de 1517, quien propone que hay equivocaciones y rigidez en el sistema tradicional.
Tras la colonización de América (sobre todo las partes de España y Portugal), se restringió la llegada de los protestantes y se satanizó su imagen, de tal forma que, a diferencia de otros países, el Luteranismo no llegó a México cuando la doctrina dominante era la católica, pues se llevó a cabo la Contrarreforma, con el fin de mermar estas enseñanzas. Si bien, en el siglo XIX, los anglicanos y los metodistas habían erigido un camino más seguro, pero no libre de dificultades, la rama luterana llegó formalmente al país en el siglo XX.
Miguel Ángel Solórzano Fernández, pastor de la Iglesia Luterana El Buen Pastor A.R., indicó lo siguiente: “Los luteranos obviamente llegan de Europa a América, básicamente primero a Estados Unidos y después a Brasil, debido a la colonia alemana que hay en el segundo país. En Norteamérica se establecen grandes comunidades luteranas como las suecas, noruegas, holandesas y alemanas; posteriormente hacen un trabajo de misioneros en México, para ir a Centroamérica, principalmente a través del Sínodo de Missouri. En México, no sólo los luteranos, sino que cualquier otra doctrina que no fuera católica no tenía facilidad para entrar, siendo un país predominantemente católico, incluso dentro de los análisis que hemos hecho, es católico de manera cultural, ya que las costumbres están empapadas de lo mismo. Entonces hubo mucha resistencia a abrir el abanico a otras doctrinas”.
Como recuerdo de esfuerzos y de la llegada de una nueva fe, la iglesia luterana ‘El Buen Pastor’ se levanta en la avenida Paseo de las Palmas, con cerca de piedra y una puerta de enrejado negro. El lugar se asemeja a las construcciones de los antiguos pueblos que hoy conforman a la Ciudad de México, pues recuerda a edificios de San Ángel o del centro de Tlalpan. En la entrada hay un letrero en inglés y en español. El edificio es blanco y el borde del mismo es gris. En la fachada hay una especie de nicho, sólo que a diferencia de los edificios tradicionales, este no está cerrado y no cuenta con una advocación mariana, sino que sobresale una figura, semejante a las de alabastro, de Jesucristo, con un cayado y utilizando su túnica, incluso su cabello largo le llega hasta la espalda, terminando en algunos rizos. La figura da sentido al nombre del lugar y ésta se muestra serena, semejante a las de algunas catedrales protestantes europeas. Encima hay una cruz del mismo color, denotando la utilidad del lugar.
Vale la pena no sólo contemplar este recinto por fuera, sino dejarse llevar por la curiosidad. Actualmente el santuario está cerrado, pero en su interior resguarda tesoros, entre ellos detalles arquitectónicos, las telarañas o lámparas que alumbran el lugar y la muestra interesante de vitrales congregados ahí. Todos son excepcionales, no obstante cuatro ejemplares son los que más sorprenden a los visitantes. El primero muestra a Cristo como ‘El Buen Pastor’, cosa que reafirma el nombre de la congregación; detrás del púlpito hay tres escenas bellamente plasmadas y que si, se les ve detenidamente, logran provocar un sinfín de emociones, pues atrapan al visitante, siendo la agonía en Getsemaní, la Crucifixión y la Resurrección. Otro dato peculiar es que son de manufactura alemana, razón de que haya elementos como guirnaldas, así como coronas que cobran vida en la parte inferior de las escenas. El órgano también es un elemento interesante, pese a que no está tan decorado, la desnudez de la tubería y su antigüedad no es algo que cada día podamos contemplar.
“Los vitrales están registrados en el Instituto de Valores Antiguos. El primero fue, si no me equivoco, en 1945 (ese es el del Buen Pastor) y después cuando se construyó el templo e inauguró en 1948, entonces se pusieron los restantes que son Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús”; describió el reverendo Solórzano.
Se comenta que, a diferencia de otros lugares, este no tuvo oposiciones ni problemas para construirse, debido a que originalmente atendía a personas estadounidenses, de ahí que hasta hoy día haya horarios para cultos en español y en habla inglesa.
Miguel Ángel añade: “Sin embargo, a partir de la llegada de los misioneros, surgieron comunidades pequeñas; esta es una de las primeras en México, ya que no eran locales. La iglesia ‘El Buen Pastor’ donde estoy, nace con la intención de atender a una colonia de familias estadounidenses. Al mismo tiempo, más o menos, había otra iglesia luterana (Iglesia Luterana del Espíritu Santo, conocida como Iglesia Alemana), que específicamente servía a la colonia alemana radical en México. Para la construcción del templo no hubo dificultades, pues la zona en aquel momento (1938) no estaba tan poblada y era una comunidad extranjera, la cual no estaba de alguna manera <<tratando de convertir>> a la comunidad católica, sino que era un grupo con reuniones de manera autónoma, sin intención de atacar y menos de competir. El problema fue la cuestión de abrir la puerta para que cualquier persona pudiera entrar y conocer la doctrina, pues las autoridades eclesiales muchas veces mal enseñan que eso es malo, sin otorgar una oportunidad para meditarlo”.
Aunque el templo permanece cerrado desde 2015, debido a cuestiones ideológicas y de choque entre la rama tradicional y la liberal, en la casa pastoral hay reuniones, además el reverendo Miguel está dispuesto a atender dudas que incluso son de cuestión histórica y cultural.
No debes perder la oportunidad de empaparte de la cultura extranjera y cómo es que ésta convive armoniosamente con la del país, pues la Ciudad de México es una urbe multicultural. Por supuesto, hay que esperar a que el lugar abra sus puertas para conocerlo, pero mientras tanto te mostramos datos interesantes. Como siempre, México sigue sorprendiéndonos por las historias que concibe y por la gran muestra, tanto arquitectónica como artística, que alberga.
Por: Pedro L.
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