El beso maya
Seguramente alguna vez viste una película o leíste algún libro en los que los humanos no podían tocarse. Donde las relaciones se limitaban a la reproducción para asegurar la existencia de la raza humana; sin sentimientos e incluso sin contacto físico. Hoy, ese mundo que nos parecía tan irreal y lejano ha venido a enseñarnos cuánto necesitamos un apapacho, un abrazo, un beso.
Y justamente hoy que se celebra internacionalmente el día del beso quise hablar sobre este acto que pudiera parecer pequeño y cotidiano pero que guarda muchísimo de nosotros en él.
Aunque para nosotros sea ya una acción normal, incluso mecánica, resulta que para los mayas prehispánicos no existía. Ellos no besaban, explica Jesús Amaro Gamboa, sino que cuando llegaron los españoles les enseñaron a besar pero no a besarse entre ellos mismos.
Esto quiere decir que el beso como acto de demostración afectiva no existió para los mayas sino que solo lo conocieron como una manera de sumisión, de veneración. Besaban imágenes, figuras, y las manos de aquellos que inculcaban un nuevo sistema de creencias.
Como beso en maya no existía se le asignó la forma más cercana a él: chupar: dzuz, dzuzah. Chupar, como besar, se realiza con los labios, y ninguno implicaba (en maya) que tuviera que hacerse involucrando sentimientos.
Algo que resulta curioso, y que también anota Amaro Gamboa, es que dzudz ‘chupada’ tiene una variación. Cuando la u se alarga y queda en dzuudz el significado cambia a ‘cerrar los ojos’, y pensando que es lo que hacemos cuando besamos, creo que no está tan alejado de besar.
¿Consideraste alguna vez la inexistencia de los besos? Especialmente en este día te invito a recordar los más bellos que has dado y te han dado; y también a ser paciente, volverás a besar.
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