Majestuoso Tajín

Mucho se está hablando sobre las pintadas del Ángel de la Independencia y lo legítimas o no que son como manifestación de protesta, pero en Mexicanísimo nos preocupa otro monumento, otra edificación, una que nada tiene que ver con la legítima protesta de las mujeres.

El Tajín. La hermosa y cuasi mística zona arqueológica veracruzana, símbolo de tradición, de cultura, de arte, de majestuosidad. El Tajín ha sido dañado y no hay nada de legítimo ni de cuestionable en su daño, ninguna lucha ni consigna valida el maltrato que ha recibido.

Desde Mexicanísimo condenamos toda forma de violencia, incluida la violencia sin sentido al patrimonio y también creemos en el poder sanador de la palabra. Por eso, aunque no podemos restaurar ni preservar arquitectónica ni arqueológicamente al Tajín, sí podemos restaurar su memoria desde la palabra.

A continuación transcribimos un hermoso y desgarrador poema que Efraín Huerta dedicó a este complejo totonaca en junio de 1963.

El Tajín

A David Huerta

a Pepe Gelada

…el nombre de El Tajín le fue dado

por los indígenas totonacas de la región

por la frecuencia con que caían rayos

sobre la pirámide…

1

ANDAR así es andar a ciegas,

andar inmóvil en el aire inmóvil,

andar pasos de arena, ardiente césped.

Dar pasos sobre agua, sobre nada

-el agua que no existe, la nada de una astilla-,

dar pasos sobre muertes,

sobre un suelo de cráneos calcinados.

Andar así no es andar sino quedarse

sordo, ser ala fatigada o fruto sin aroma;

porque el andar es lento y apagado,

porque nada está vivo

en esta soledad de tibios ataúdes.

Muertos estamos, muertos

en el instante, en la hora canicular,

cuando el ave es vencida

y una dulce serpiente se desploma.

Ni un aura fugitiva habita este recinto

despiadado. Nadie aquí, nadie en ninguna sombra.

Nada en la seca estela, nada en lo alto.

Todo se ha detenido, ciegamente,

como un fiero puñal de sacrificio.

Parece un mar de sangre

petrificada

a la mitad de su ascensión.

Sangre de mil heridas, sangre turbia,

sangre y cenizas en el aire inmóvil.

2

Todo es andar a ciegas, en la

fatiga del silencio, cuando ya nada nace

y nada vive y ya los muertos

dieron vida a sus muertos

y los vivos sepultura a los vivos.

Entonces cae una espada de este cielo metálico

y el paisaje se dora y endurece

o bien se ablanda como la miel

bajo un espeso sol de mariposas.

No hay origen. Sólo los anchos y labrados ojos

y las columnas rotas y las plumas agónicas.

Todo aquí tiene rumores de aire prisionero,

algo de asesinato en el ámbito de todo silencio.

Todo aquí tiene la piel

de los silencios, la húmeda soledad

del tiempo disecado; todo es dolor.

No hay un imperio, no hay un reino.

Tan sólo el caminar sobre su propia sombra,

sobre el cadáver de uno mismo,

al tiempo que el tiempo se suspende

y una orquesta de fuego y aire herido

irrumpe en esta casa de los muertos

-y un ave solitaria y un puñal resucitan.

3

Entonces ellos -son mi hijo y mi amigo-

ascienden la colina

como en busca del trueno y el relámpago.

Yo descanso a la orilla del abismo,

al pie de un mar de vértigos, ahogado

en un inmenso río de helechos doloridos.

Puedo cortar el pensamiento con una espiga,

la voz con un sollozo, o una lágrima,

dormir un infinito dolor, pensar

un amor infinito, una tristeza divina;

mientras ellos, en la suave colina,

sólo encuentran

la dormida raíz de una columna rota

y el eco de un relámpago.

Oh Tajín, oh naufragio,

tormenta demolida,

piedra bajo la piedra;

cuando nadie sea nada y todo quede

mutilado, cuando ya nada sea

y sólo quedes tú, impuro templo desolado,

cuando el país-serpiente sea la ruina y el polvo,

la pequeña pirámide podrá cerrar los ojos

para siempre, asfixiada,

muerta en todas las vidas,

bajo todo el silencio universal

y en todos los abismos.

Tajín, el trueno, el mito, el sacrificio.

Y después, nada.

Junio de 1963

Majestuoso Tajín was last modified: agosto 29th, 2019 by Mexicanisimo

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