José Pomar, compositor mexicano que merece ser recordado
Gracias al valioso apoyo de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y como parte del “Programa de Creadores Escénicos”, el pianista Rodrigo Acevedo Traba inició desde febrero pasado el proyecto «La música de José Pomar, ciclo de recitales de piano», que tiene como objetivo promover y difundir la obra completa para piano de José Pomar (1880-1961), compositor mexicano cuya trayectoria no ha obtenido la atención que merecería, a pesar de tratarse de una de las aportaciones pianísticas más interesantes de la primera mitad del siglo XX en México. Para lograr esto, Rodrigo ha repartido la obra de Pomar en tres programas de música diferentes, cada uno de los cuales se lleva a cabo en diferentes sedes culturales e instituciones de enseñanza musical del país.
Resulta paradójica la falta de información que hay en los libros y antologías de música mexicana sobre la figura de este compositor, comparada a la abundante y encomiable labor que realizó en pro de la cultura en México y su interesante propuesta musical. Su obra es, como la de Manuel M. Ponce o José Rolón, testimonio del giro estético que dio la música en el país durante la primera mitad del siglo pasado; solo que, a diferencia de dichos autores, la de Pomar se adelanta a explorar esta nueva estética en por lo menos una década.
Forjado dentro de la cátedra de piano de Carlos J. Meneses y en la composición con Gustavo E. Campa, la figura de Pomar es la de un músico “sui generis”, adelantado al pensamiento de varios de sus contemporáneos nacionales y poseedor de una serie de ideas vanguardistas de primera línea. Sin embargo, estas ideas las obtuvo de forma autodidacta y sin haber salido nunca del país. Sus principales obras para orquesta y de cámara fueron estrenadas por Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, y fue editor de la revista Música, para la que escribió varios artículos. Por otro lado, Pomar no pudo siempre ejercer una actividad compositiva constante debido a problemas económicos e incluso se vio en la necesidad de atender un puesto burocrático ajeno a la música para garantizar su subsistencia durante varios años. Sin embargo, logró ser una figura respetada en el medio musical de su época, compartiendo fuertes lazos de amistad con personajes como Manuel M. Ponce, José Rolón, Luis Sandi, Diego Rivera y Silvestre Revueltas, entre muchos otros.
Pomar fue un pionero en la escena musical mexicana de su generación. Entre su obra encontramos uno de los primeros conciertos para piano compuestos en México (1912), la primer sonata mexicana para piano (1913), un Huapango para orquesta, anterior en una década al de Moncayo (1931), el ballet “Ocho horas”, obra con elementos ruidistas en su orquestación (1931) y el “Preludio y Fuga rítmicos” donde las percusiones son las protagonistas (1932), obra creada en las mismas fechas en que Varèse y Roldán publicaban las primeras piezas exclusivamente para percusiones en la historia.
Desde hace más de tres décadas el intento por rescatar su obra ha ido poco a poco rindiendo frutos, gracias al esfuerzo inicial de su hijo Fausto Pomar y posteriormente de otras figuras importantes del medio musical mexicano como Sergio Ortíz, Julio Estrada y Daniel Noli, así como de las investigadoras Olga Picún y Maby Muñoz, entre otros.
La obra para piano de Pomar es una de las cumbres del repertorio pianístico mexicano del siglo pasado. Además de poseer una remarcable factura y una innegable belleza, encontramos un interesante lenguaje muy personal, que, no obstante su íntima concepción, encuentra sus raíces en la música de Bach, Chopin y Debussy. Pese a ello, muy pocos pianistas se han aventurado a grabar su música. Destaca sin lugar a dudas la labor del pianista uruguayo Daniel Noli, quien en el año 2000 produjo el disco “Presagio, música para piano de José Pomar”, el cual se erige como la única grabación hasta el momento dedicada completamente a este músico mexicano.
Pueden consultar los lugares y horarios de los recitales aquí.
Rodrigo Acevedo Traba agradece al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes el apoyo proporcionado para la realización de este proyecto.
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