Reserva de la Biosfera Ría Celestún, un lugar de encuentro

Para conocer la península de Yucatán no basta con visitar sus ciudades, como Mérida, Valladolid o el mágico Izamal, refrescarse en los cientos de cenotes, o bien sorprenderse con la rica historia de los sitios arqueológicos que abundan en la región. Una visita a Yucatán no estaría completa sin una parada en el pueblo costero y pesquero de Celestún, conocido por ser Reserva de la Biosfera, denominada Ría Celestún, en donde encontrarás hermosas playas color esmeralda y abundantes manglares, el sitio perfecto para observar el paso de cientos de especies de aves que migran año con año con la intención de reproducirse en esta zona de humedales. Al lugar puedes llegar desde la ciudad de Mérida, el trayecto es corto, aproximadamente de 1 hora y 20 minutos si viajas en coche, 1 hora 40 minutos en autobús desde la terminal de camiones de Mérida.

Lo primero que te recomendamos hacer es visitar el parador turístico de Celestún, donde un sinfin de actividades te esperan para conocer este mágico lugar. Desde el embarcadero adéntrate en lancha para ir a conocer los manglares o bien ir a “pajarear” (actividad mundialmente famosa, que cada diciembre atrae a cientos de turistas que vienen a Celestún únicamente para observar diferentes especies de aves). Y es que Celestún es un sitio privilegiado para la observación de estas especies, no solo porque México es un país mega diverso, al ser décimo en número de especies de aves a nivel mundial, sino también porque la península de Yucatán cuenta con un 50% del registro total de aves en el país; de las cerca de 1,100 especies que hay en nuestro país, 555 se encuentran en esta región conformada por los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Esto se debe a su ubicación doblemente privilegiada: en medio de dos mares, el Golfo de México y el Caribe; y a la mitad del continente americano, lo que la convierte en el punto de encuentro para las aves que huyen de las frías temperaturas del norte o bien de aquellas que migran desde distintas partes del continente.

Las aves que arriban a esta zona de humedales lo hacen para anidar, reproducirse y alimentarse, principalmente en la época invernal, aunque es posible observar casi cualquier especie de ave durante todo el año. El flamenco americano, mejor conocido como flamenco rosado, tiene este peculiar color debido a que su alimentación se basa principalmente de crustáceos, camarones y plancton, ricos en carotinoides, que le dan este color a sus plumas. Las crías de flamencos nacen grises o blancas y a lo largo de los años adquieren estas tonalidades rosas gracias a su alimentación.

Para ver a estas aves, conocidas como “acuáticas aéreas” o de “patas largas” (el flamenco americano es la especie distintiva del lugar), en la zona de avistamiento, te recomendamos llegar lo más temprano posible para así observar el espectáculo de su llegada, cuando miles de flamencos pintan los cielos color rosa y llenan el aire de graznidos, una experiencia que difícilmente olvidarás. Recuerda llevar protector solar, gorra, una cámara fotográfica y, sobre todo, binoculares.

Foto: Mindaugas Danys

Durante el recorrido por la Ría podrás observar otras especies de aves, como el cormorán oliváceo, el orejón, el pelícano café, la garza blanca, azul, o la curiosa garza cucharón, entre otras tantas, esta última habita en la zona de manglares, por lo que mantente alerta para observarla. Celestún alberga aproximadamente 300 especies de aves, algunas de ellas son endémicas, por lo que solo habitan en esta región, te recomendamos adquirir alguna guía de aves como Sal a pajarear en Yucatán.

El recorrido también incluye un paseo por la Ría, como se le conoce a este lugar, debido a que es un río que desemboca en el mar por el hundimiento del litoral; y una visita al túnel de manglares, que es un pasadizo entre los manglares. Allí podrás observar aves y la abundante vegetación tropical, como también las distintas tonalidades de agua debido al color de la madera en los manglares. La visita continúa hacia los manantiales de cambay y el Ojo de Agua de la Baldiosera, donde podrás nadar e incluso bucear en las aguas cristalinas. Algunos recorridos incluyen la visita a los pantanos petrificados, que son zonas de humedales que debido a la alta concentración de sal dejaron restos de troncos y árboles suspendidos en el tiempo, pregunta a tus guías de la posibilidad de visitarlos.

De regreso al pueblo, en la placita principal encontrarás puestos de marquesitas y restaurantes, es un punto de reunión entre los locales y te sumerge a la vida típica del lugar.

No te vayas de Celestún sin tomar el sol en sus tranquilas y refrescantes playas color esmeralda. Sobre la costa hay diversos restaurantes que se caracterizan por ofrecer una gran cantidad de mariscos, típicos de la zona, ya que en los humedales se puede encontrar una gran cantidad de especies de moluscos y crustáceos, pregunta por las opciones, como la jaiba y los camarones, o el pescado frito, te recomendamos visitar La Palapa o la Casa Peón.

Para albergarte Celestún ofrece diferentes opciones de hospedaje, como la Casa de Celeste Vida y el Castillito Kin-Nah. Otra opción muy famosa en la región es el Hotel Ecológico de Xixim, que se encuentra en medio de la Reserva de la Biosfera de Celestún, sus instalaciones están inspiradas en un pequeña aldea maya y ofrece a sus visitantes una atmósfera de relajación y encuentro espiritual.

De igual manera te recomendamos visitar la hacienda de Chunchucmil, a tan solo 20 minutos de la localidad. Una bonita hacienda edificada en el año de 1872 y que cuenta con una iglesia que venera al santo del lugar, San Antonio, en el pueblito del mismo nombre, podrás encontrar vestigios del sitio arqueológico del lugar.

 

Fotos: 

Reserva de la Biosfera Ría Celestún, un lugar de encuentro was last modified: marzo 27th, 2018 by Fabián Acuña Toledo

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