Fotografías de alebrijes invaden el Instituto Cervantes de Hungría

Pedro López Hernández

Los sueños son como los alebrijes, coloridos y hasta pueden parecer extraños o bien, inconcebibles por lo que conllevan; pero no son imposibles. Lo mismo sucede con estas figuras, pues lo que resultaría extravagante se condensa en ellos, como formas, animales, seres, escenarios y colores. Los sueños y estas criaturas retan a quienes limitan sus capacidades, pero al mismo tiempo fascinan a todos.

Curiosamente, ambas cosas también están ligadas al Fotógrafo Carles (Carlos) Berruezo Domingo, porque antes de llegar a México no imaginó que encontraría criaturas de grandes, medianas o pequeñas dimensiones, las cuales le abrirían las puertas de Japón y de Europa, pues en estos momentos sus fotografías que versan sobre alebrijes, se encuentran en exhibición en el Instituto Cervantes de Budapest (Hungría), con el nombre de Alebrijes, el alma fantástica de México.

La fascinación del artista Carlos nació justamente cuando radicó en México, algo que removió su vida, pues su producción se vio altamente influenciada por las artesanías y por aquel mundo en el que se requieren materiales relativamente sencillos, pero que producen vida:

“Llegué a México a finales de agosto de 2016 y viví en la nación durante cinco años. Después de la fiesta nacional, que fue todo un descubrimiento para mí, me dicen que con esa festividad apenas iniciaba todo, pues en Octubre se organiza un desfile de alebrijes, el cual pasaba a la vuelta de mi departamento. Una vez que llegó el día, bajamos y vi el evento, empecé a tomar fotografías y me enteré que durante 15 días, las piezas iban a exhibirse en el Paseo de la Reforma. Al día siguiente de que quedaron instalados, salí a caminar y observé cómo la gente con sus niños estaba fascinada al observar aquellas criaturas fantásticas. Así, realicé una primera toma de contacto y reuní 150 fotos. Al año siguiente me preparé para el evento, porque ya lo había disfrutado. Aunque fue como una explosión a la vista, ya sabía lo que pasaría, así que no demoré en tomar 205 fotos de cada uno de los alebrijes. Al terminar el trabajo comprendí que le faltaba algo y por ello regresé durante dos semanas para contemplar alebrijes, y jornada a jornada tomé fotos diseccionando a cada uno, la cabeza, una mano, un espacio de un hombro, un lomo, un estómago, un detalle; en 2018 hice lo mismo”; sentenció el fotógrafo.

Inicio de un triunfo

Los acercamientos con otras idiosincrasias no eran novedad para Berruezo, pues anteriormente vivió en India e Israel, sin embargo los alebrijes reclamaban su atención y aunque sabía cómo sería cada desfile, su buen ojo le ayudó a encontrar nuevos seres para ser captados con la cámara.  Así, Carlos reunió 5000 fotografías, bastante material que le permitiría realizar exhibiciones para mostrar la grandeza cultural de México y para que el público comprendiera de qué manera el papel con engrudo, goma y el agua, generan figuras diversas.

Pese a que el fotógrafo había realizado exhibiciones, no estuvo exento de dificultades para consolidar el sueño que perseguía, el cual era presentar su producción. Los cambios en la Secretaría de Relaciones Exteriores no fueron impedimento para él, porque en 2019 contactó a un amigo que vivía en Japón, quien a su vez le notificó una decisión favorable para exhibir su trabajo, el cual se mostraría en el Instituto Cervantes de Tokio, con el apoyo de la Embajada de México.

Pese a que el fotógrafo había realizado exhibiciones, no estuvo exento de dificultades para consolidar el sueño que perseguía, el cual era presentar su producción. Los cambios en la Secretaría de Relaciones Exteriores no fueron impedimento para él, porque en 2019 contactó a un amigo que vivía en Japón, quien a su vez le notificó una decisión favorable para exhibir su trabajo, el cual se mostraría en el Instituto Cervantes de Tokio, con el apoyo de la Embajada de México.

Mostró sus obras con éxito, además fue la primera actividad que la Embajadora Melba Pría realizaba en el país asiático, dado su reciente nombramiento.

El éxito no disminuyó, porque a finales de 2022 Carles fue contactado por la Embajada de México en Catar, por el interés en organizar una exhibición virtual sobre alebrijes, lo cual le dio libertad para enseñar más fotografías durante 45 días, lo cual contó con excelente acogida. En Austria también tuvo una buena oportunidad, pues allí conoció a la Gestora cultural y Curadora de arte, Sonia Siblik, quien le brindó, así como a otros artistas, un fuerte apoyo para la exhibición que se presentó en Viena durante 45 días sobre alebrijes y posterior, una producción en blanco y negro de haciendas de Yucatán en una exposición colectiva. Gracias a ello, el fotógrafo recibió una llamada de Budapest (Hungría), para exponer su trabajo allá. Nuevamente el apoyo e interés de la Embajadora de México, Rosario Molinero, así como de la señora Siblik, fueron evidentes.

Hungría, testigo de la cultura mexicana

La exposición se inauguró el 29 de junio en el Instituto Cervantes de Budapest. Se temía poca afluencia por las vacaciones de verano, pero sucedió lo contrario. La Embajadora organizó una muestra gastronómica para 50 comensales, mas la sorpresa fue que asistieron más de 100 personas y todas se mostraron emocionadas por los retratos de los alebrijes. La presentación consistió en un argumento que la Representante mexicana dio al público sobre la cultura mexicana y las relaciones con España, además de explicaciones por parte de Carles Berruezo y degustación de tequila, así como de cava catalán en honor al fotógrafo:

“El alebrije tiene una cualidad, la cual es el color. Hay algo muy importante y es que los artistas mexicanos descubrimos que no importa absolutamente quién los realiza. Cuando decimos que se presentará una muestra de gastronomía mexicana, nadie se plantea quién es el chef. Es México y nada más. Por tanto, me reivindico en decir que el nombre <<México>> es realmente lo que vende. Cualquier artista que presente algo con una mínima dignidad, va a triunfar allá a donde vaya, porque México es lo que nos da esa ala y esa fuerza. Aunque sea Hungría, Austria, España, Noruega; no importa, porque la gente tiene interés en lo mexicano”.

La diferencia entre países podría suponer un obstáculo difícil, pero el fotógrafo mismo nos ha comentado que la nación mexicana es maravillosa, porque ante ella no existe resistencia: “Ni en Austria ni en Hungría se detecta el choque cultural. Si mencionas que presentarás algo, culturalmente relacionado con un país como con el caso de México, se crea una expectativa, independientemente de cuáles sean sus posturas políticas, su credo religioso, su interés. Cuando se desarrollan estos eventos no se plantea nada más que mostrar nuestras expresiones, esa barrera cultural mágicamente se desvanece y esa es la grandeza de nuestro México, es decir, el país rompe límites para unir sociedades. Hay mucha gente y artistas que no saben expresar eso que realmente experimentan, porque creen que su arte trasciende, pero lo que trasciende es la idea de la República Mexicana, algo fundamental, porque se representa a un país culturalmente importantísimo. Conozco cinco países donde he realizado exhibiciones y lo compruebo. Aunque no nací en México, lo llevo muy dentro y más ahora que me está sacando a volandas culturalmente, como dicen”.

Menester mencionar que las fotografías no captan únicamente alebrijes tradicionales, en adición muestran los alebrijes de luz, definidos como estructuras grandes que se iluminan cuando el alba juega con el cielo para dar paso a la noche, lo cual sirve como imán para los chicos y grandes, ya que algunos de estos mecanismos expulsan burbujas de jabón o humo, además desfilan en fechas específicas por la Alameda Central acompañados de música.

Retomando la exhibición fotográfica, ésta se encontrará disponible hasta el 31 de agosto del presente año en la dirección Vörösmarty, u.32, 1064 Budapest, sin embargo no es el fin del trabajo de Carles, ya que hay nuevos horizontes y nuevas temáticas que él contempla para mostrar:

“Los alebrijes son el eje central de mi interés, sobre todo porque se podían ver de ese modo una vez al año. El resto del tiempo lo dediqué a fotografiar arte urbano o grafitis, material con el cual planeo realizar una exposición el próximo año. Me apasionan también las zonas arqueológicas y se está alistando una pequeña presentación sobre eso. El color y la magia de los alebrijes, la fascinación y la imaginación mexicana, todo es maravilloso. Gracias a Dios, esto me ha dado mucha repercusión y probablemente se pueda enseñar algo así en Rumanía y en República Checa. Por tanto, a través de mis fotografías estamos llevando a México a países donde uno no pensaría que los oriundos pueden tener interés”.

Las imágenes del evento corresponden a sus respectivos creadores. La fotografía del alebrije es propiedad de Carlos (Carles) Berruezo Domingo. El uso de este material únicamente conlleva fines informativos.

Fotografías de alebrijes invaden el Instituto Cervantes de Hungría was last modified: agosto 14th, 2023 by Mexicanisimo

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