El Chuchumbé: entre censura y tradición

La música tradicional mexicana es un elemento primordial para el fandango, fiesta en la que música, baile y versos se conjuntan en una misma celebración. En estos rituales convive también la tradición oral y la identidad de una comunidad. Uno de los sones jarochos que tiene historia y tradición es el Chuchumbé.

Hablar del son de El Chuchumbé es evocar la historia de México, pues las primeras referencias que existen sobre él se remontan al siglo XVIII de la Nueva España, época en la que hubo una mezcla importante entre culturas africanas, europeas y originarias de México. Estas culturas convivían en lo cotidiano y en lo festivo, en estos últimos espacios se intercambiaban formas de comer, beber, cantar y bailar.

A la par de esta mezcla de culturas y de fiestas, estaba la Santa Inquisición, la cual sabía que en las canciones populares existía la oralidad que incitaba a lo erótico, lo anticlerical, lo político y lo popular. Así, debido a la popularidad de El Chuchumbé este fue uno de los sones prohibidos en 1766 por Fray Nicolás de Montero, pues su musicalidad, versos y forma de bailarlo —“el baile es con ademanes, meneos, zarándeos […] (se) mezclan en él manoseos, de tramo en tramo abrazos, y dar barriga con barriga”— iban en contra de los ideales del Santo Oficio. Además de los versos eróticos, también hubo versiones que incluían coplas referentes a lo político o lo patriótico.

Para poder prohibir estas expresiones orales, la Inquisición tuvo que registrar de forma escrita las coplas; paradójicamente, gracias a estos escritos hay un referente y ahora esa oralidad, con todo y la censura que tuvo, pervive en la música tradicional de México. Algunas de las coplas más famosas que forman parte de El Chuchumbé de la Nueva España son:

En la esquina está parado

un fraile de la Merced,

con los hábitos alzados

enseñando el chuchumbé.

Que te pongas bien,

que te pongas mal,

el chuchumbé

te he de soplar.

[…]

Por aquí pasó la muerte

con su aguja y su dedal,

preguntando de casa en casa,

¿hay trapos que remendar?

Algunos versos como los anteriores se siguen cantando actualmente en los fandangos por las agrupaciones de son jarocho, mientras que otros han preferido llenarlos de significados nuevos para nombrar la historia de este son —“El Chuchumbé es un canto que tiene origen candente” o “Chuchumbé fue sentenciado por la Santa Inquisición / pero nadie se ha acordado que es un ritmo muy fregón” pregonan las versiones de Grupo Son de Barro y Grupo Son Jarocho —y su conjunción con la historia actual—“Hubo una revolución por libertad y justicia / la acabó la corrupción / cien años después se escuchan aires de revolución / cien años después se lucha por la misma situación / te vaya bien o mal, El Chuchumbé te va a alcanzar”— como la versión de Grupo Mono Blanco.

Así, aunque El Chuchumbé estuvo prohibido desde 1776 y por lo menos hasta 1802, y aunque se aplicaban castigos para aquellos que difundieran sus versos, su sonoridad y ritmo han sido más fuertes que la censura, pues han encontrado nuevamente su camino en lo oral, en la música, en la fiesta y en la tradicional de México.

Para que escuches El Chuchumbé, te dejamos la versión de Grupo Mono Blanco: https://youtu.be/slvc64GZuHw

Ilustración de Alec Dempster e imágenes de Grupo Mono Blanco

El Chuchumbé: entre censura y tradición was last modified: diciembre 30th, 2020 by Jessica A. Gómez

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