El verdadero amor de «El Indio» Fernández: su casa

Emilio Fernández Romo, mejor conocido como “El Indio” Fernández, nació en Mineral del Hondo, Coahuila, en 1904 y falleció un día como hoy, 6 de agosto, en 1986. Esta fecha nos brinda una buena ocasión para recordar a este personaje imprescindible de la cinematografía mexicana.

Actor, guionista y director de cine, “El Indio” Fernández es una de las figuras más destacadas de la Época de Oro del cine mexicano. Comenzó su carrera artística en Hollywood como extra y doble de estrellas y, se dice, terminó siendo el modelo de la estatuilla del Óscar. Lo cierto es que Fernández cuenta con decenas de películas a sus espaldas, entre las que destaca Flor Silvestre y María Candelaria, y cientos de mitos y leyendas en torno a su persona.  

Rescatamos aquí la que sin duda consideramos la mujer de su vida: su casa. Un lugar emblemático sin cuya historia no podemos narrar la propia vida de “El Indio” Fernández y que está también envuelta en un sinfín de mitos y leyendas.

Parece que esta historia de amor comenzó cuando Emilio, enamorado de la bellísima Dolores del Río, se propuso ser su vecino para estar cerca de ella. Así es como llegó a comprar un predio en la calle Dulce Olivia, muy cerca de “La Encantada” casa de Dolores.

El predio se situaba al lado de lo que había sido un cementerio colonial y, además, era en sí parte de un antiguo cementerio prehispánico que había quedado sepultado (nunca mejor dicho) por la lava del Xitle. Y es que la casa se asienta sobre un peñasco volcánico, lo que implica que no tiene cimientos.

La construcción de la Casa Fuerte de Emilio “El Indio” Fernández es toda una historia en sí misma. Levantarla como hoy la vemos fue un proyecto de vida al que Fernández dedicó varias décadas.

Desde la compra del predio y la construcción de una primera cocina que servía de vivienda toda ella, Emilio fue ampliando y construyendo la casa durante años. El encargado de guiarle en semejante proyecto fue el arquitecto Manuel Parra, que iba adaptando el diseño y la construcción conforme podían hacer ampliaciones.

Se dice que no había diseños previos de la casa sobre los que conseguir materiales y trabajar; muy al contrario, conforme iban encontrando y consiguiendo materiales, construían y ampliaban la casa adaptándola a esos materiales. Las películas que rodaba “El Indio” Fernández le servían para abastecerse de materiales para su casa e, incluso, llegó a elegir algunas locaciones de sus películas según los lugares de los que quería llevarse piedra, cantera, etc. para su casa.

La propia casa, ya avanzada su construcción, sirvió después de escenario para más de un centenar de películas mexicanas y extranjeras. Y fue albergue de reconocidas personalidades como Marilyn Monroe, Frida Kahlo, Juan Rulfo, Paul Newman y hasta los mismísimos Kennedy; amén de mencionar los rumores sobre la vez en la que ocultaron al Che en la casa.  

La historia de esta casa, insistimos, va inherentemente ligada a la del propio Indio Fernández, cuyos restos reposan en ella desde 2013 para que, ahora sí, pueda descansar y soñar a sus anchas el resto de la eternidad.

El verdadero amor de «El Indio» Fernández: su casa was last modified: agosto 6th, 2019 by Camino Aparicio

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