BlackBird: lo que ocurre entre dos encuentros

El pasado viernes 9 de agosto se estrenó, en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, la obra “BlackBird” de David Harrower. Este dramaturgo escocés, que debutó en 1995 con la obra “Knives in Hens”, ha alcanzado un éxito notable con su obra “BlackBird”.

Escrita en 2005, se ha representado desde entonces en grandes escenarios de ciudades como Edimburgo, Londres o Los Ángeles, entre otras muchas. Este texto ha sido merecedor del premio LA Drama Critics Circle a la Mejor Escritura, amén de los premios que también han recibido algunos de los actores que han representado el texto. Ahora, en 2019, la obra llega a México bajo la traducción de Jerónimo Best y la dirección de Katina Medina Mora.

La historia: un encuentro entre dos personas, un hombre de cincuenta y tantos y una joven que llega a visitarlo a su lugar de trabajo. Desde el inicio se nota tensión entre ambos, su encuentro no es agradable para ninguno y poco a poco se deja entrever un encuentro anterior, diez años atrás, cuyo recuerdo los ha estado atormentado durante una década.

Cuando el hombre, Ray, cuestiona a la joven cómo puede él saber si realmente es ella, si es la chica de diez años atrás, Uma responde, ¿con cuántas niñas de 12 años te has acostado? La trama está servida.

Fotografía: Pedro Rueda, cortesía del Centro cultural Helénico

Es preciso matizar algo importante antes de continuar. El abuso infantil es un tema serio y delicado, y es importante visibilizarlo y combatirlo. “BlackBird” pone el tema sobre la mesa y es un valioso objetivo en sí mismo hacer que el público reflexione sobre este tema.

Ahora, la historia de la obra es un texto dramático que podemos analizar al margen de juicios morales, como analizaríamos una historia de amor fallida. Porque la obra no muestra una relación violenta, ni un sometimiento obligado, muestra la relación consentida de una niña con poca conciencia de lo que hacía y de un adulto que sucumbió a sus deseos sin saber establecer los límites apropiados.

Las actuaciones corren a cargo de un experimentado Alejandro Calva y de Cassandra Ciangherotti. Con una escenografía que no cambia durante la obra, llena de basura y desorden, tal como la vida interior de los dos personajes, los actores cargan con el peso completo de la trama. Sus diálogos y sus gestos lo son todo. A través de ellos conoces la historia, vives su sufrimiento, transpiras la tragedia.

Por momentos el texto le deja a deber a los actores, ellos podrían contarnos más, desnudar sus emociones más íntimas en el escenario, pero el guión se torna en ocasiones demasiado descriptivo y poco intimista; uno se queda con las ganas de entrever un aspecto más profundo de las emociones de los personajes.

Fotografía: Adair Rodríguez, cortesía del Centro Cultural Helénico

Y es que la tragedia no es la relación de estos personajes, ni tampoco el encuentro actual diez años después. La verdadera tragedia es todo lo que pasó en el interior de ambos personajes entre ambos encuentros y de eso no se habla tanto como sería deseable.

El problema de la historia de esta relación es que se convierte en una cuestión moral en cuanto reparamos en la diferencia de edad de los personajes y, en especial, en la escasa edad de Uma. Esa edad nos hace repudiar de inmediato la relación entre ambos personajes y condenar al adulto. Nos hace caer en un sentimiento desagradable que nos aleja de la propia relación humana de dos personas que, aparentemente se aman, y sobre las que querríamos saber muchos más detalles si no estuviéramos ya limitados por el juicio moral.

Porque lo cierto es que si extraemos el dato de la edad, la historia nos muestra una gran ambigüedad sobre lo que pasó realmente y, principalmente, sobre las intenciones y emociones reales de ambos personajes.

Ese desconocimiento al que nos sometemos como público, quizá es reflejo del propio desconocimiento que existe entre ambos personajes, los cuales no tuvieron la oportunidad de volver a comunicarse hasta este nuevo encuentro y, por tanto, tejieron sus propias emociones bajo la humillación del juicio moral que los rodeó.

Y es que a diez años del evento, descubrimos a una Uma aún enamorada, y ese amor hacia ese hombre que la abandonó y que la dejó ante la humillación social de ser una niña abusada, es lo que la hace odiarlo con la misma intensidad con la que lo ama. Porque sólo en un amor tan sincero podemos encontrar una tragedia tan profunda.

Fotografía: Pedro Rueda, cortesía del Centro Cultural Helénico

Fotografía principal: Cortesía del Centro Cultural Helénico

BlackBird: lo que ocurre entre dos encuentros was last modified: agosto 12th, 2019 by Camino Aparicio

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