500 años de la fundación de Veracruz

El 22 de abril se cumplieron 500 años de que Hernán Cortes desembarca en la playa de Chalchicueyecan, justo donde hoy se levanta el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz. Este acontecimiento no es meramente circunstancial, sino que posee relevancia nacional, tanto por su significado como por sus ecos. Aunque en ese momento no lo sabía –lo sabría muy pronto–, con esta acción el conquistador dio el primer paso para dominar a sus anchas el territorio que hoy llamamos México.

La expedición que comandó Hernán Cortés fue la tercera que alcanzó el suelo mexicano. Antes ya lo habían hecho Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. Aunque ambas expediciones se consideraron un fracaso, lograron avances significativos, gracias a que capturaron a dos nativos que servirían como informantes y, sobre todo, a que Juan de Grijalva se toparía con lo que tanto anhelaban: grandes cantidades de oro, así como hermosísimos presentes, que los emisarios en Moctezuma les habían entregado.

Una cosa más: estas expediciones sirvieron para recabar información que les sería muy útil. Por ejemplo, que todo el territorio era dominado por un poderoso pueblo (los mexicas) a quienes cientos de miles odiaban a muerte.

Con esta información a cuestas, Diego Velázquez, gobernador de Cuba, envió misivas al rey para informarlo de los nuevos y felices descubrimientos. Casi de forma simultánea, preparó la expedición que consideraba definitiva, y para ello nombró capitán a Hernán Cortés, quien por entonces se desempeñaba como alcalde de Santiago, en la misma isla de Cuba.

El joven Cortés tenía una fama contradictoria, pues lo mismo se le consideraba valiente, buen soldado y mejor administrador, que ambicioso, jugador, mujeriego y hasta traicionero. Diversas voces le advirtieron al gobernador que reconsiderara el nombramiento. Pero Cortés, enterado de esta situación, decidió actuar con prontitud: antes de que Diego Velázquez se arrepintiera, se embarcó hacia la aventura.

San Juan de Ulúa. Foto: Victor Pineda.

Partiendo del puerto de Santiago de Cuba, el 18 de noviembre de 1518 se hizo a la mar, al mando de once naves con poco más de 500 infantes, cien marineros y algunas decenas de jinetes, arcabuceros y ballesteros, además de dos centenas de isleños y esclavos africanos.

Sin lugar a dudas, Cortés fue un hombre astuto que tuvo mucha suerte. Tras llegar a las costas mexicanas, todo se le dio de manera más o menos sencilla, desde el afortunado encuentro con el padre Gerónimo de Aguilar –quien había naufragado años antes y para entonces dominaba el maya–, hasta recibir como ofrenda a La Malinche –la astuta mujer que hablaba maya y náhuatl, y que junto en el padre Aguilar le serviría como intérprete a Cortés–, pasando por batallas que ganó de manera relativamente sencilla. Todas estas situaciones conjugadas derivaron en algo que sería determinante: miles de aliados indígenas, que meses después serían los encargados de derrotar a la hasta entonces invencible ciudad de México-Tenochitlan.

Pues bien, una de las jugadas geniales de Cortés fue la de fundar la Villa Rica de la Vera Cruz, pues, según las leyes españolas, si se fundaba una ciudad con cabildo, esta se volvía autónoma de manera automática. De este modo, sus hombres más cercanos tomaron posesión de los cargos administrativos y él en persona fue nombrado capitán general y justicia mayor de una nueva expedición, con lo que, política y jurídicamente, se desvinculó del gobernador de Cuba. Desde entonces, solo tuvo que rendirle cuentas a Carlos I.

Esta fundación fue un mero, pero necesario, trámite para lograr su jugada política. Sin embargo, una vez que el proceso legal quedó asentado en papel, se dieron a la tarea de consolidarlo en la práctica. La villa se había fundado en un pequeño poblado que no consideraron apropiado, por lo que ahora les urgía encontrar el lugar adecuado para comenzar la construcción de casas y edificaciones mayores.

Primero se mudaron a un puerto cercano a una población totonaca llamada Quiahuiztlan. A este lugar lo llamaron Bernal. Allí se pactaron las primeras alianzas con caciques indígenas y también se urdió la conquista de Tenochtitlan. Hacia 1525, cuando la efervescencia de la guerra había quedado atrás, este asentamiento fue trasladado a las orillas del río Huitzilapan, donde hoy se localiza el municipio de La Antigua, lugar en el que aún puede visitarse la construcción conocida como Casa de Hernán Cortés, que en realidad fue una aduana y bodega de mercancías y materias primas. En ese sitio se almacenaba todo el oro que sería enviado a España.

Este asentamiento permaneció como la base de operaciones de los conquistadores hasta el año 1600, cuando la villa, que muy pronto sería ciudad, se estableció de manera definitiva en el lugar en el que originalmente había sido elegido: las playas ubicadas frente a San Juan de Ulúa, el actual y hermoso Puerto de Veracruz.

 

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500 años de la fundación de Veracruz was last modified: abril 26th, 2019 by Carlos Eduardo Díaz

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