«Flor de azalea», oda a la bellísima Elsa Aguirre

“Como espuma que inerte lleva el caudaloso río, flor de azalea, la vida en su avalancha te arrastró, pero al salvarte, hallar pudiste protección y abrigo, donde curar tu corazón herido por el dolor…”

Los primeros acordes y las primeras palabras no dejan lugar a dudas: estamos ante una gran canción, ante una canción entrañable, inmortal, que encierra más historia de la que podríamos pensar.

La leyenda dice que la gran musa de “Flor de azálea”, escrita a cuatro manos por Manuel Esperón y Zacarías Gómez Urquiza, fue la hermosísima actriz Elsa Aguirre.

Recuerdo que la primera vez que escuché la canción tenía yo 12 o 13 años y me encontraba en un pueblo del estado de Jalisco. Bajo el terrible sol, entre muros de adobe y techos con rigurosa teja roja, comenzamos a escuchar la potente voz de Jorge Negrete.

“Tu sonrisa refleja el paso de las horas negras, tu mirada, la más amarga desesperación. Hoy para siempre, quiero que olvides tus pasadas penas y que tan solo tenga horas serenas tu corazón…”.

En ese instante, un hombre pasado de copas exclamó: “¡Salud por Elsa Aguirre!”. Alguien me explicó la mítica conexión entre actriz y canción, así que muchos tiempo después, cuando se me presentó la oportunidad, no la desaproveché.

Foto: RAFITOGA

Tuve la suerte de entrevistar a doña Elsa en su casa de Cuernavaca hace algunos años. Aunque actualmente está más interesada en promover su estilo de vida basado en la alimentación vegetariana, la meditación y el ejercicio, que en revivir sus recuerdos, no logró evitar esa chispa en su mirada al escuchar mencionar aquella canción.

Ella, absolutamente bella, me dijo con orgullo: «Esa canción es mía. Yo soy esa canción».

El resto de la historia posee tintes de novela, y tuve la fortuna de escucharla de boca misma de su protagonista:

Jorge Negrete sabía muy bien que esta canción era una galantería que sus autores habían tenido hacia una hermosísima y muy joven Elsa Aguirre, quien por entonces comenzaba a abrirse camino en el cine mexicano. Sí, Negrete lo sabía, por eso se empeñó en grabarla.

Por entonces, él ya era Jorge Negrete, con toda su leyenda a cuestas. Ella, por su parte, era apenas una jovencita inexperta, veinte años menor que él, pero tan hermosa que al mirarla daban ganas de llorar, como reconocerían después sus admiradores.

Jorge no soportó la idea de no besarla. Fue a solicitar autorización de los padres de Elsa, quienes, desde luego, accedieron. ¿Cómo no consentir esta relación si Jorge era Jorge? ¿Cómo se niega la oportunidad de presumir a un yerno de esa estatura?

Pero su relación jamás prosperó. Jorge se desesperaba. Era demasiado culto para una joven que acababa de salir de la adolescencia. No tenían nada en común, mucho menos tema de conversación. Él le propuso algo: cada día, al visitarla, le regalaría un libro que ella tendría que leer durante la noche, para que al día siguiente pudieran comentarlo y así tener algo sobre lo cual platicar. No funcionó el experimento. Jorge se cansaba de suspirar por aquella muchacha, pero Elsa sólo pensaba en cosas de niña y a ratos en cosas de mujer. Tuvieron que separarse.

Sin embargo, el recuerdo de Elsa quedó presente en la vida de Jorge no solo en esta canción, sino también en los celos de la última esposa de Negrete: María Félix. En efecto, Elsa Aguirre fue la única persona en el mundo que logró que la terrible Doña hiciera una escena de celos en un lugar público.

Las dos eran bellísimas. Pero Elsa tenía algo que María le envidiaría hasta el final: casi dos décadas menos. Cuando se encontraron en un restaurante, Elsa fue a saludar a María, llena de devoción. A la diva, en cambio, se le descompuso el rostro y abandonó el lugar de prisa, antes de que la actriz pudiera llegar hasta ella.

Flor de azálea. Una canción. Una historia.

“Quisiera ser la golondrina que al amanecer a tu ventana llega para ver a través del cristal, y despertarte muy dulcemente si aún estás dormida, a la alborada de una nueva vida llena de amor”.

 

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Fotos: 

«Flor de azalea», oda a la bellísima Elsa Aguirre was last modified: mayo 31st, 2018 by Carlos Eduardo Díaz

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