Niñopa o Niñopan

Al leer sobre esta tradición, sorprende que la veneración del Niñopan o Niñopa, en Xochimilco, sea tan antigua. Al parecer, se trata de una escultura de madera realizada en el siglo XVI, y se cuenta que la figura fue entregada por Martín Cerón de Alvarado, último gobernante indígena de Xochimilco, a su esposa para venderla y conseguir fondos para oficiar las misas por su defunción. De acuerdo a los investigadores, es una de las imágenes de culto católico más antiguas de América, quizá la segunda después de la Virgen de Mercedes en Perú.

Otra cosa novedosa es que el Niñopan no tiene un templo, sino que se encuentra bajo la custodia rotativa de las familias de los barrios de Xochimilco (en el pueblo, en vez de colonias, hay barrios, una costumbre muy propia) que fungen como sus mayordomos.
El nombre de la imagen tiene dos interpretaciones: Niñopan, es un vocablo hispano-náhuatl que se traduce como “niño del pueblo” (del español Niño y del náhuatl pan, “lugar”). Sin embargo, otra interpretación habla de que el nombre es Niñopa, que, según la etimología popular, debe entenderse como “Niño padre”, donde -pa es apócope de “padre”.
Los evangelizadores españoles utilizaron al Niñopan ( de 51 centímetros de alto y 600 gramos de peso, sin ropón) para representar las Posadas y la Nochebuena. Posteriormente, su custodia pasó a manos de los caciques de Xochimilco y después a los encomenderos españoles.
Otra anécdota a resaltar es que la Secretaría de Gobernación decretó que el Niñopan es Patrimonio de la Nación después de que, en 1969, el cura de la entonces parroquia de San Bernardino quiso apropiarse de la imagen y estuvo a punto de desencadenar la violencia. Desde entonces se creó un Comité de Vigilancia y Administración formado por habitantes de Xochimilco, quienes coordinan la rotación de sus custodios.
Cada 2 de febrero, Día de La Candelaria, en la parroquia de San Bernardino de Siena se realiza el cambio de mayordomo, la persona responsable de la custodia y cuidado de la imagen. La lista de espera para ser mayordomo es de 40 años. Si una persona adulta se registra para serlo, debe ir acompañado de un hijo o nieto, para que también sea registrado y llegado el turno, sea el responsable de recibirlo.

Dentro de sus responsabilidades, el mayordomo tiene que acondicionar o construir una casa para acomodar los más de 5,000 ropones, las cunas, cuadros, muebles, juguetes y joyas que el Niñopan tiene; así como juntar dinero para llevar a cabo las celebraciones. Por lo menos desde cinco años antes busca a los posaderos, familias quiénes harán las nueve posadas y el arrullo en el mes de diciembre siguiente, y para el 2 de febrero debe tener listos comida para miles de personas, música de banda, mariachis, chinelos, estudiantina, adornar las calles con papel picado, el arco de bienvenida, cohetes, fuegos artificiales y el ropón que estrenará para la misa de La Candelaria. No se necesita ser invitado para asistir, pues a todos los presentes se les sirve de comer. En el evento está prohibido servir bebidas alcohólicas. Es un honor para la familia y el barrio ser anfitriones durante un año.
Actualmente, cada año el Niñopan es llevado al INAH para ser restaurado, dada su antigüedad de más de 400 años. Por eso no se le puede exponer al sol, la lluvia o al flash de cámaras fotográficas, tampoco se le puede tocar.
Se acostumbra que la gente le regale juguetes en agradecimiento a sus favores. Dice la tradición que mientras todos duermen, el niño juega con sus juguetes y hay quienes afirman que sus ropas amanecen sucias. Se dice que cuando está enojado desaparecen las “chapitas” de sus mejillas y si está contento se ve más sonrojado, los ojos le brillan y sonríe.
Esta es otra de esas tradiciones que vale la pena mantener, promover, y celebrar. Estamos hechos de pasado y presente.

Niñopa o Niñopan was last modified: agosto 31st, 2017 by Luis Jorge Arnau Ávila

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