Güeros

Güeros (2014) es la afortunada ópera prima del director y guionista mexicano Alonso Ruizpalacios, protagonizada por Tenoch Huerta y Sebastián Aguirre, la cual ha sido condecorada en distintos festivales del mundo como Mejor Ópera Prima en Berlinale, en el Festival de la Habana, el Festival de Morelia y el Festival de Lima; como Mejor Cinematografía en el Festival de Cine de Tribeca; y ha obtenido el Premio del Público en el Festival AFI, entre otros. Este jueves 19 de marzo llega a las salas de cine de todo el país.

Tomás (Sebastián Aguirre) vive en Veracruz con su madre. Por su mal comportamiento, ella lo envía a la Ciudad de México a pasar una temporada con su hermano mayor, “Sombra” (Tenoch Huerta), quien comparte un departamento con Santos (Leonardo Ortizgris) en un barrio popular al sur de la ciudad. Las condiciones deplorables de la vivienda, por la falta de luz y agua, son el reflejo del hastío, el letargo y la apatía en la que se encuentran a causa del paro estudiantil. Ambos permanecen encerrados y suspendidos en un ocio cotidiano, donde no se incorporan al movimiento político ni tampoco a la escuela extramuros.

Tanto “Sombra” como Santos representan el desencanto de la generación de estudiantes que vivió el paro de la UNAM, en 1999. Sin embargo, el filme no lo documenta de manera fiel, solo muestra algunos aspectos de este, pues en realidad el contexto de la cinta es el de una huelga atemporal que enmarca el autoexilio de estos dos jóvenes que se declaran “en huelga de la huelga”. La llegada de Tomás los saca de esta inmovilidad, pues juntos realizan un viaje citadino dentro de un coche destartalado en el que más adelante se incorpora Ana (Ilse Salas), lideresa estudiantil y amante de “Sombra”.

Este viaje nostálgico por la ciudad, en medio del calor político, inicia con el pretexto de encontrar a un héroe anónimo del rock nacional, cuya leyenda dice que “su música alguna vez hizo llorar a Bob Dylan”. Se trata de Epigmenio Cruz, de la banda Los Güeros, un músico ficticio que desapareció de la escena y al que Tomás y “Sombra” conocieron a través de su difunto padre. Su figura mítica e idealizada es la que los impulsa a ir de un extremo a otro de la ciudad. En ese sentido, la cinta es un road trip por la Ciudad de México en el que los personajes recorren barrios perdidos, lugares populares, suburbios, el Centro Histórico y Ciudad Universitaria. Este viaje hostil por la ciudad también es una búsqueda interior y existencial.

Alonso Ruizpalacios  se inspiró del clásico Los Caifanes (1966) de Juan Ibáñez,  en la que una pareja de clase alta descubre la vida popular de la Ciudad de México. De manera similar, Ruizpalacios retrata a la clase popular con una suerte de asombro, humor y cercanía.

Güeros está filmada en blanco y negro, en formato 4:3. Uno de los mayores aciertos de la película es la fotografía de Damián García, quien captura imágenes muy bellas de la ciudad nocturna, y retrata a los personajes de forma íntima y melancólica.

El blanco y el negro del filme entran en juego con la exposición de los contrastes sociales y las polarizaciones, que van de los barrios pobres a las lujosas construcciones antiguas, y de las reuniones con caguamas en barrancas a las fiestas snob de la clase intelectual.

Güeros sorprende con una escena en la que los personajes hablan de la propia película, a modo de metalenguaje. La cinta es bien lograda en fondo y forma, su confección es muy artística y logra mostrar la esencia de lo que significa habitar la Ciudad de México.

Güeros was last modified: agosto 31st, 2017 by Georgina Espinosa Gaubeca

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