La maldad en la Berlinale

Berlín, Alemania.- El cineasta mexicano Joshua Gil, director de la película La maldad, charló con «El More» en el marco del Festival Internacional de Cine de la capital alemana, donde se presentó este miércoles. Este filme relata la historia de Rafael, un anciano campesino que decide escribir la historia de su vida en lo que considera un guión cinematográfico. Cegado por la convicción de realizar su película, traiciona a su único amigo para lograr viajar a la capital en busca de los fondos necesarios.

Muchas gracias Joshua Gil por platicar con CorreCámara. A bote pronto: ¿cómo te sientes?
“Muy contento, es una culminación de muchos años de trabajo en una ventana impresionante como es la Berlinale. Además, estamos en una sección muy importante, peculiar, libre, sólida como es Fórum”.

Quiero retomar tus orígenes. Este mes cuatro egresados del Programa de Cine de la Universidad Iberoamericana estrenan sus largometrajes en las salas de nuestro país, lo cual coincide con tu formación: Comunicación en la Ibero de Puebla y especialidad en Cine en la Ibero campus Santa Fe. ¿De qué sirve ir a la escuela?
“Sin duda le debo mucho a la universidad, a mis profesores, gente que me encaminó. La institución te brinda muchas herramientas y apoyo, te inculca el querer aprender. Lo que tú también adquieras fuera de ella es muy importante, ya que en el caso del cine, la butaca, sentarte en ella y ver cine es fundamental. Puedo decir que yo completé mi formación en la Cineteca Nacional”.

Hablando de tu cinta, ¿cómo nace La Maldad?
“Es una historia real basada en Rafael, un campesino que vivía cerca de la ciudad de Puebla. Él escribió un guión para hacer una película, y cuando lo conocí me platicó su historia de vida, de cómo escribió su guión, y de ahí me inspiró para escribir esta historia y producirla para que él estuviera en ella”.

¿Cómo se diferencía el cine de la realidad, con estos personajes que no habían actuado antes, a una cinta como la tuya?
“La película tiene que ver con la “docuficción”, un formato que tiene algunos años en boga. Tiene el poder de contar historias en un México que está en plena convulsión política, social, cultural; la película quiere aportar algo sobre el tono político, quiere ser un documento de realidad. Por eso era importante que personajes, situaciones y lugares reales estuvieran y formaran parte de ella”.

De la fecha cuando conoces a Rafael al momento en que se realiza la película, ¿cuánto tiempo pasa?, ¿cómo trabajas con él?
“Nos toma unos 4 o 5 años, aunque el trabajo con él fue corto. Rafa tenía una enfermedad terminal cuando lo conocí, así que cuando me aviento al vacío a hacer La Maldad, él ya estaba desahuciado. Estoy muy agradecido con mis productores, Fabiola De la Rosa y su socio César Salgado, porque creyeron en una historia de 30 páginas basada en la vida de un personaje terminal. Tenía todo en su contra, pero hubo confianza, valor y fortuna para que Rafa estuviera bien durante el tiempo que estuvimos trabajando. Fueron 8 meses de filmación, apegados a los tiempos que su salud nos lo permitió”.

En este caso, el riesgo se convirtió en un valor de producción…
“El riesgo, el valor, sobretodo, la honestidad, ya que es una película independiente con poco apoyo que hace una crítica social fuerte”.

¿Cuándo terminan el proyecto y cómo llegan a Berlín?
“La película la terminamos el año pasado, y gracias a que competimos en un work in progress en el Festival de la Rivera Maya, recibimos un apoyo que nos permitió finalizarla en postproducción de forma muy profesional, con lo mejor de la gente que trabaja en diseño sonoro, laboratorios, etcétera. Oficialmente estuvo terminada hace una semana, antes de presentarla –con todas las prisas y presión–, pero aquí estamos y no hay vuelta atrás”.

Además de la visibilidad que ganarán –y el premio que auguro también– estando aquí, ¿para qué sirven los festivales?
“Los festivales son trampolines, sobre todo para las historias honestas. Hay ojos, que no son los de los jueces o distribuidores, sino de gente que está esperando historias de este tipo. Lo que necesitamos es que esos ojos se pongan sobre La Maldad y destacar entre más de 500 filmes que se proyectan aquí en la Berlinale, lo que significaría que tenemos “algo”; no sé si es una buena historia, los personajes, la dirección, no sé, sólo la gente de aquí lo sabe. Este festival es una gran ventana para potencializar el trabajo y en algún momento conseguir apoyo para hacer otra película”.

 

Llevan ya varias proyecciones, ¿cómo les ha ido?
“¡Increíble la respuesta! Al llegar nos recibieron con la noticia que la primera función ya estaba agotada y así han estado las siguientes. Es un placer ver estas salas tan grandes y espectaculares llenas. Las preguntas y respuestas al final de cada proyección han sido muy intensas, con mucha participación. La gente se ha acercado al final para decirme cosas sobre México, sobre el personaje principal. Estoy muy contento con este recibimiento”.

Sí, Berlín es un festival de cinéfilos, de gente que pide incluso vacaciones para poder acercarse a ver las películas y termina llenando las salas. Los números están por ahí del medio millón de boletos vendidos en 10 días que dura el festival, con una oferta amplísima. Además de competir por Ópera Prima, están en Fórum, en la que se presenta lo más vanguardista y alternativo del festival, ¿qué ventajas o desventajas tiene esta sección?
“ He visto algunas películas de otros colegas y Fórum es el lugar preciso en el pensamos tenía que estar La Maldad. Hay gran libertad en las formas y los contenidos, es un público muy especializado que sabe que va a ver propuestas nuevas en términos de lenguaje, manufactura, temáticas. Obtener la invitación fue increíble”.

“Aprovecho para preguntarle a Fabiola De la Rosa, productora de esta cinta a través de Perro Negro Cine, que nos acompaña, ¿por qué le entraron a este proyecto de Joshua?
“Conozco a Joshua desde hace años, habíamos trabajado juntos en algunos otros proyectos y sé de su valor y rigor para hacer las cosas. Eso fue a nivel personal lo que lo impulsó a estar ahí. Al conocer la historia me doy cuenta de que tenemos un proyecto que puede ser muy riesgoso pero que es muy interesante. Conozco a Rafael y digo “sí, aquí hay un tema, un personaje y vamos a contar lo más rápido que se pueda”, literalmente era una cuestión de vida o muerte. La tensión durante el rodaje fue muy fuerte por la salud de Rafael. Sirvió mucho que Joshua y yo fuimos construyendo la historia juntos, vimos a diario el material y decidimos que servía y que no. Me encantó el proceso”.

¿Cómo es trabajar con un óperaprimista?
“Me gusta mucho la experimentación, apuesto mucho por este tipo de historias que son totalmente innovadoras, que tienen nuevos conceptos, y me encantan los óperaprimistas porque tienen un entusiasmo distinto. No van con los temas de la industria de recuperar dinero en un mercado comercial, sino que hacen lo que se les da la gana. Es gente muy talentosa que me contagia ese entusiasmo”.

Y que invierte mucho tiempo y energía en los proyectos…
“Están llenos de ganas y echan toda la carne al asador al ser su primer proyecto”.

Alguien que produce no lo hace necesariamente para los premios o los festivales. ¿Qué significa conseguir esta visibilidad participando en un festival como la Berlinale, estar en el catálogo?
“Es una plataforma muy importante para la carrera de ambos, y para la de todas las personas del crew porque es un equipo muy pequeño, unas ocho personas, que se juntó después con gente de gran trayectoria como Sergio Díaz, León Felipe González, Lalo Durán, que se sumaron, por lo que es una plataforma que sabemos puede detonar cosas para todos. Es un premio estar aquí. Esperamos que la película se vea en muchos sitios, y así podamos retribuir a tanta gente que nos apoyó con el favor más pequeño hasta el aporte más grande”.

¿Cómo se levanta un proyecto de este tipo?
“Generalmente en una producción o tienes tiempo o tienes dinero. Nosotros teníamos tiempo para planearlo y organizarnos, para calcularlo todo estratégicamente y contar con el mínimo de errores, sabemos que un error implica un coste económico. Nos ayudamos de todos los amigos y conocidos para saber quién tenía la locación o a quién había que convencer para que algo saliera. Es un proyecto que inició con ángel, lo que nos ayudó a que se sumara mucha gente que le gustó lo que vio y nos dio su apoyo”.

Finalmente Joshua, ¿qué sigue para este trabajo?
“Lo más inmediato es una presentación en México programada para el 28 de febrero en el FICUNAM, un foro muy importante con un público de formación política que es muy crítico. Nos parece que lo que pase ahí también puede ser muy importante. Luego nos vamos al Festival de la Riviera Maya que tanto nos ha apoyado. Tenemos en puerta algunas invitaciones internacionales que no queremos adelantar hasta concretarlas”.

La maldad en la Berlinale was last modified: agosto 31st, 2017 by Fernando Moreno Suárez

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