¿Por qué editar Mexicanísimo hoy en día? ¿Por qué insistir en publicar contenidos positivos y propositivos en tiempos tan complejos como los que estamos viviendo? ¿Por qué preferimos escribir sobre Amado Nervo que sobre Enrique Peña Nieto; sobre Tzintzuntzan u Olinalá que sobre Ayotzinapa; sobre artistas gráficos que sobre encapuchados?
Después de siete años (publicamos el primer número el 20 de noviembre de 2007) hemos repetido una y otra vez que México es un gran país. Lo decimos con convicción y sin cansarnos. Estamos convencidos de lo que hacemos, es decir, recorrer el país con ojos enamorados, apasionándonos por sus coloridos rincones, su deliciosa gastronomía, su arte, sus paisajes, su gente, sus textiles y su extraordinaria biodiversidad; leyendo libros de nuestros grandes autores, viendo películas de nuestros grandes directores y actores, escuchando desde un son o un jarabe hasta Café Tacvba o Molotov. Después de siete años no dejamos de sorprendernos y por ello seguiremos. Hay muchísimas historias por contar, logros de mexicanos por aplaudir, lugares por reconocer, acontecimientos por aplaudir.
Pero, más allá, Mexicanísimo es un grito de lucha pues defendemos en cada uno de nuestros números el derecho a vivir con pasión nuestro país; es un llamado a una revolución cultural, porque un cambio con inteligencia es más constructivo que uno con armas; es una propuesta para edificar todos los días un mejor país.
Nuestras páginas están llenas de lo mejor y más valioso de México pues nos resistimos a entregar el país a lo peor. Si dejamos que las páginas y las pantallas solamente tengan contenidos de narcotráfico, chismes, corrupción y violencia iremos por el camino equivocado. México necesita medios de comunicación profesionales, independientes, imaginativos, con propuestas. Nosotros trabajamos para ir en ese camino.
Como dice Octavio Paz, “amar es combatir” y nosotros amamos a México.
