En el mundo existen más de 6,000 lenguas y hoy más de 15 países en el continente americano reconocen al español como su lengua oficial. Entre ellos, México. El nuestro es uno de los países con mayor diversidad lingüística: se encuentra entre los primeros 10 con más lenguas originarias y ocupa el segundo lugar en América, el primer puesto lo tiene Brasil. México cuenta con 69 lenguas oficiales, de las cuales 68 son indígenas.
Debido a la gran cantidad de lenguas, y la importancia histórica, cultural y social de estas, en el año 2003 se decretó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas que establece la creación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. En 2008 este instituto publicó en línea el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales: variantes lingüísticas de México con sus autodenominaciones. En él se nombran 364 variedades lingüísticas, 11 familias y 68 grupos.
Lenguas, no dialectos
Una lengua es un sistema de signos establecidos arbitrariamente cuya función central es la comunicación. Suele hablarse de lengua e idioma como sinónimos porque ambos tienen un mismo referente: un sistema convencional de comunicación. Así, si yo pregunto qué idioma hablas o cuál es tu lengua, la respuesta sería la misma.
Si, en cambio, pregunto, qué dialecto hablas, ¿qué responderías? Seguramente me dirías que no hablas ningún dialecto, que tú hablas una lengua, incluso puede ofenderte que pregunte eso, pero ¿por qué, te lo has preguntado? Y es que, decir que alguien habla un dialecto es atribuirle falta de educación: «no sabe hablar español», «no aprendió».
Lingüísticamente, un dialecto es la variación en la producción de una lengua, generalmente dada por la posición geográfica. Esta variación puede existir en la pronunciación, en el orden de las palabras, en el vocabulario, etc.; por ejemplo, el español que se habla en Monterrey será distinto del que se habla en Veracruz; el náhuatl que se habla en Puebla tampoco será el mismo que el de Hidalgo.
Entonces, todos hablamos un dialecto, aunque en nuestra sociedad, por razones que tienen que ver más con la actitud del hablante, sus juicios y prejuicios, existe una carga negativa sobre los dialectos: suele clasificárseles como lenguas de segunda, de menor status, de gente no educada y pobre; mientras que hablar una lengua es más prestigioso, denota mayor educación. Quien habla una lengua indígena atraviesa por el racismo y la discriminación.
Los estados de la República con mayor número de hablantes de lengua indígena son Oaxaca y Chiapas y las lenguas que más se hablan son náhuatl, maya, tseltal y tsotsil.
México es un país multilingüe, reconozcamos y celebremos la diversidad lingüística. Valoremos y recuperemos la riqueza de las lenguas indígenas porque en cada una hay una manera de ver, nombrar y vivir el mundo.
