Desde tiempos precolombinos, la Ciudad de México se ha caracterizado por el despliegue de edificios y recintos de gran espectacularidad. El devenir temporal y la presencia de las distintas corrientes artísticas que han existido, se hacen manifiestas en el aspecto arquitectónico de la capital, dando como resultado la convivencia de edificios coloniales junto a grandes casas porfirianas y rascacielos de imponente modernidad. Así, muchas de las construcciones de la ciudad son en sí mismas verdaderas obras de arte, ejemplo de esto es el conjunto de edificios que comprende el Centro Nacional de las Artes.
Ubicado al sur de la capital, en el sitio que anteriormente ocuparan los Estudios Churubusco, el complejo que alberga al Cenart atrapa la atención por su colorido y geometría que lo constituye como uno de los recintos contemporáneos más sobresalientes de México, pues reúne las expresiones de destacados arquitectos como Ricardo Legorreta, Teodoro González de León, Enrique Norte, Luis Vicente Flores, Javier Calleja, Alfonso López Baz y Javier Sordo Madaleno.
La construcción del centro fue propuesta a principios de la década de los noventa, como un espacio innovador que reuniera las distintas escuelas del Instituto Nacional de Bellas Artes como la Escuela de Arte de la Esmeralda, la Escuela Nacional de Danza, el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela Nacional de Artes Escénicas y el Centro de Capacitación Cinematográfica, en un conjunto que permitiera mejorar las instalaciones de cada escuela y crear lugares donde desarrollar las actividades generadas por los alumnos y artistas con la construcción de auditorios, bibliotecas, teatros y salas de conciertos, de cine y para exposiciones que se convirtieran en un punto de referencia del arte producido en México a nivel internacional.
Estas propuestas alcanzaron su concreción en noviembre de 1994 cuando el Centro Nacional de las Artes abrió sus puertas, posicionándose como una institución educativa, de investigación y difusión cultural que respondió a las demandas artísticas del siglo XX y el tránsito a un nuevo milenio. Así, su modelo educativo apostó por la interdisciplina y confluencia académica, de ahí el afán de concentrar escuelas y centros de investigación de distintas áreas, así como la incorporación de nuevas tecnologías en la producción del arte.
Este mes el Cenart cumple 20 años no sólo gestando nuevas formas de producir y entender la cultura en nuestro país, sino también ofreciendo a todo tipo de público una agenda cultural con eventos artísticos y culturales de gran calidad a nivel internacional, que van desde conciertos al aire libre, en alguna de sus plazas o jardines, hasta la celebración de reconocidos festivales como el Día Internacional de la Danza, el Eurojazz y la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, además de conciertos de música clásica, muestras de cine, exposiciones, cursos y talleres.
