En México, la muerte está viva. Es recuerdo siempre presente. Jamás un adiós, nunca un olvido. Es una continua y agridulce ironía: es festividad, es júbilo, es pachanga, pero es también tristeza, llanto, solemnidad, voz apagada… vacilada, burla, grito a voces, pan que se come sopeado con chocolate, calaverita de azúcar o amaranto, papel picado de colores, flor anaranjada, cirio encendido, pulque en bule que se pasa de mano en mano junto a la fosa familiar, cazuela de arroz y mole en el altar, dulces, cigarros, vasos de agua, platos con sal, la catrina, la garbancera, la calaca, la huesuda, la patas de cama, la chorreada, la costillas de marimba.
TRADICIONES
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Todo forma parte de un ciclo, cada ser vivo renace en la época a la cual pertenece. Así, en México, conocemos frutos y flores que reverdecen en determinado tiempo. Por ejemplo, en marzo se llena la ciudad de la flor de jacaranda o en diciembre los rojos de las nochebuenas nos acompañan en esa festiva época.
La flor de cempasúchil se cultiva en México desde los meses de junio para que en noviembre los mercados se coloreen de los típicos amarillos y naranjas -
Miquiztli (la muerte) es tan valiosa y tan necesaria como Yoliztli (la vida), si solo existiera el día con su luz y su calor, nuestro mundo se sobrecalentaría, todo se secaría y se acabaría la vida, se necesita la noche, con ella, la oscuridad y el frío.
Si solo hubiera actividad y movimiento, si trabajáramos sin descansar ni dormir, se nos acabarían las fuerzas y las energías para seguir trabajando. -
La zona arqueológica Paquimé, Lugar de Casas Grandes, es la ciudad prehispánica más grande que se conoce en el norte de México, la cual vivió su época de esplendor entre los años 1300 y 1450 d.C. Ubicada entre los pastizales entre la Sierra Madre Occidental y el desierto de Chihuahua, a tan sólo 10 kilómetros de Nuevo Casas Grandes, Paquimé formó parte de las Culturas del Desierto del Suroeste de Estados Unidos.
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Donde hay más de un mexicano, hay serias posibilidades de acabar cantando algo. En la música está la mejor representación de que podemos ser –de hecho, lo somos– un pueblo alegre. Muchos de los amigos de Facebook (agrégate al grupo de Mexicanísimo) participaron en una encuesta sobre nuestras canciones para elegir las que más les recuerdan a nuestro país, que les hacen temblar el espíritu y el esqueleto. La participación fue numerosa, podemos decir que “más de cien mexicanos dijeron…” porque nos llegaron, al momento del corte, 117 opiniones, algunas de ellas cargadas de propuestas, se ve que la música “les cala”.
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Por su privilegiada ubicación geográfica, nuestro país goza de diversos climas, sobre todo en el sur, favorables para la vida de miles de especies animales y vegetales, así como para la obtención de diversos productos naturales. Así, México, como muchos otros países en el mundo han tenido que implementar estrategias como la denominación de origen, para proteger los productos que exclusivamente se dan en el medio geográfico que comprende el territorio de nuestro país, con el fin de evitar las imitaciones, falsificaciones o adulteraciones.
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Los elementos que nos caracterizan como mexicanos remiten a distintas tradiciones. Sin duda, uno de los ecos que nos brinda identidad es la música. Tanto como versos, las canciones se hallan en la memoria colectiva. Se puede aludir a diferentes “poemas”, por ejemplo:
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Debajo de la piel se encuentran el alma, la sangre y el corazón. Sobre ella se escriben las costumbres y la historia. El vestido tradicional de México refleja, desde tiempos prehispánicos, este doble sentido; encierra nuestras raíces y misterios más profundos, al mismo tiempo que devela el devenir histórico y sus movimientos culturales.
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1. VIDA Nemiliztli, la vida, la vivencia, la historia de un individuo o de un…
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El patrimonio, que en el caso de México es sumamente extenso, se materializa –se simboliza– a partir de múltiples manifestaciones. Un ejemplo de ello es la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), donde nuestro país se ubica en el sexto lugar mundial en cantidad de monumentos, ciudades, sitios naturales y manifestaciones culturales reconocidas por esta organización como depositarias de alto valor para la humanidad.