Por Mariana Torres
La SEDESOL a través del FONART y Citibanamex, Compromiso Social, el Fomento Cultural Banamex, Fundación Alfredo Harp Helú y Fundación Roberto Hernández Ramírez convocó a artesanos mexicanos, que utilizaran técnicas, materiales y diseños tradicionales para elaborar sus obras, así como nuevas propuestas de diseños basadas en tradiciones culturales la edición 2018 del Gran Premio Nacional de Arte Popular. Estos fueron algunos ganadores, personas que sobresalen en el ámbito de las artesanías mexicanas, a los cuales tuvimos oportunidad de conocer y de entrevistar.
Don Othón Montoya. Foto: Mariana Torres
Don Othón Montoya, un maestro del barro.
Ha sido galardonado 47 veces, incluso por el ex presidente Carlos Salinas en 1993. «Mi especialidad son las cazuelas, los tarros y el envidriado libre de plomo, tengo mi taller con lo necesario, que son los hornos, incluso éstos son modernos, ya hacemos que las piezas se cuezan sin estar amontonadas como pan, y uno de los hornos es especial para piezas grandes”.
¿Qué significan para usted las artesanías?
Pues para mí es mi oficio, desde niño empecé este oficio de mi papá, lo empecé a los 8 años. ‘Ora sí que llevo 78 años y me dedico al 100 por ciento, yo no tuve escuela, yo me dediqué desde niño a las artesanías.
¿Cuáles fueron sus primeras artesanías?
Pues fueron cazuelitas pequeñas, de acuerdo a la edad que tenía. Y entonces las primeras cazuelitas que yo hice fue como jugando, ya después ya fueron, ‘ora sí, por necesidad y ya después que ya nos sentimos encarrilados, ya fue nuestro oficio y desde esas fechas, venimos dedicados a las artesanías. ¿Por qué? Porque yo a los 10 años tuve mi primer reconocimiento, en 1948.
¿Cuál fue ese reconocimiento?
Presenté en una exposición unas cazuelitas, namás que bien hechecitas, bien decoraditas, así como lo hacía mi papá, así yo lo hice, en el ’48, en el ’53 ya hice unas más decoraditas y también ahí tuve reconocimiento y entonces de ahí pa´delante.
¿Cuáles eran sus aspiraciones Don Othón?
Ay, señorita, pues mire, yo fui un año a la escuela, pues platicábamos con los compañeritos: ¿tú qué vas a hacer? Unos que doctores, otros decían que abogados y otros arquitectos. Y pues ya ahí se me salía también decir: “yo voy a ser licenciado”. Pero cuál sería mi mala suerte, o mi destino, que cuando principiaba el año, me compraron mis útiles y yo ya iba a la escuela. Había llovido, pasaba el río donde yo tenía que cruzar pa’ la escuela y pues ya sentía yo que me llevaba el río, tuve que manotear y tirar todos mis útiles, dejando que se los llevara el río, y llegué a mi casa llorando. Mi papá dijo “hasta aquí se acabó la escuela, a dedicarse a trabajar, a dedicarse a las artesanías”. Y pues qué le digo, me sentí triste, pero ya que me fui dando cuenta de lo que eran las artesanías, pues ora sí no me quejo de nada, porque tuve todo gracias a las artesanías.
¿Cómo se enteró del Concurso de Fonart?
Pues he participado, he participado en varios, como por el 75, o antes, no tengo exactamente la fecha cuando ya llegué a Fonart. Y desde allí estamos reconocidos en cualquier concurso, cualquier exposición, cualquier evento, ya nos invitan, lo mismo en Tlaquepaque, lo mismo en Tonalá, ya que se va acercando la fecha del concurso, ya nos envían la invitación para participar y ‘ora sí que nos reconocen, nos ubican muy bien, saben qué tipo de artesanía hacemos. Si usted se da cuenta cada quien trae diferente artesanía y diferente estilo. Ya nosotros participamos de acuerdo a lo que viene en la convocatoria, participamos de acuerdo a categorías, como la categoría tradicional, de instrumento libreado libre de plomo, y entonces uno decide a qué categoría va a entrar, pero Fonart ya nos ubica desde hace años.
¿Qué significa para usted, ganar el premio de Fonart?
Este que voy a recibir, pues es una satisfacción de tantos eventos que he tenido, de poder participar, por ejemplo, en capacitar jóvenes, dar demostraciones a estudiantes. ‘Ora sí mi experiencia más bonita fue en el 2001, Espacio 2001, se llevó a cabo en el centro cultural de allá de Toluca, conocer tantas chicas de varias naciones y todo, fue una gran satisfacción para mí, ‘tons ahí llevé mi taller y ahí trabajé y todo, me esforcé, trabajé y fueron muy buenos resultados los que logré. Un buen reconocimiento, que voy a recibir.
Don Othón se siente satisfecho con lo que ha logrado, en especial porque ha podido cultivar el amor al barro en las nuevas generaciones, ya sea en su familia o en jóvenes que lo visitan, incluso sus nietos ya comienzan a formar sus primeras piezas. Don Othón siente consolidada una vida de barro, es su vida y es su pasión.
Guadalupe Pérez Sánchez. Foto: Mariana Torres
Guadalupe Pérez Sánchez, diseño en laca.
Me llamo Guadalupe Pérez Sánchez y soy originaria de Chiapa de Corzo Chiapas.
¿Qué significan para usted las artesanías?
Las artesanías para mí significan mucho. Para los que somos artesanos, sabemos que es una dedicación al arte. Habemos muchos artesanos en diferentes ramas, el mío es la laca. La laca es tradicional de Chiapa de Corzo, está hecho de base natural, pintura natural, el principal ingrediente es la base de la grasa de la cochinilla, que es natural y tierra natura. Especialmente mi familia se dedica a lo que es la artesanía y esto significa mucho para mí. Es una trayectoria que tengo, he participado en muchos concursos desde muy chica, yo aprendí en un taller con una maestra, ahí en la escuela, y de ahí, de esas generaciones que yo aprendí, mis hijos la elaboran también, mi familia, mis primas, y es una generación que venimos trabajando, especialmente lo que es la laca.
¿Cuáles fueron sus aspiraciones al hacer artesanías?
Yo soy hija de madre soltera, me inspiré en las artesanías cuando mi madre falleció, somos tres hermanos nada más, no contábamos con muchos recursos para estudiar. Yo veía en mi taller de la escuela cómo elaboraban las artesanías y ahí me inspiré. Yo entré en ese taller-escuela muy chica, y ahí aprendí lo que es la laca. Mi maestra, también que en paz descanse, me enseñó a hacer artesanías de laca, me enseñó lo que es la laca.
En los concursos empecé a participar cuando tenía 16 años, muy chica, eso fue mi estudio, eso fue mi trabajo y hasta ahorita que sigo participando. Me casé y ya mis hijos también la elaboran. Es una tradición, espero y no se acabe. Lo que es la laca es sucio, cuando elaboramos la laca nos ensuciamos mucho y entonces yo le digo a mis hijos que lo hagan, que no se termine, especialmente porque la laca está hecha de tierras naturales. A veces lo que ha escaseado es la materia prima, que es especialmente la cochinilla, hemos tenido que ir a Oaxaca, que de ahí proviene la “gran cochinilla”, que tiene colores. La laca no era muy conocida y ahora ya se está dando a conocer en muchos países. La gente no se imaginaba que la grasa de la cochinilla es la base para hacer la laca y crear artesanías. Y es muy resistente.
¿Cuáles son sus artesanías favoritas para elaborar?
Me gusta mucho elaborar las cruces, cruces para 3 años, primera comunión, confirmación. Las cruces para todo tipo de eventos; cruces de todos tamaños, desde las más chicas, hasta las más grandes.
Recibir el premio de Fonart, es mucho, significa algo muy importante para mí, ahí está todo mi empeño, mi esfuerzo, mi tristeza y mi alegría, mi tradición. Agradezco a Fonart el apoyo a lasos artesanías de Chiapa de Corzo.
Abdón Punzo Ángel. Foto: Mariana Torres
Abdón Punzo Ángel, artesano de cobre.
¿De dónde viene usted?
Santa Clara del Cobre, Michoacán. Es Pueblo Mágico.
¿Cuáles son las artesanías que elabora?
Estas son artesanías que elaboro con cobre, cobre martillado, todas y cada una de ellas. Son hechas de un solo pedazo: lo hacemos desde que está el cobre en desperdicio, ese es el proceso, desde el alambre de cobre, hasta la lámina, todo lo hacemos en caliente y utilizo martillos de este tamaño, como los que tengo aquí, esto es para irle dando forma.
¿Hace cuánto se dedica a elaborar las artesanías?
Hace más o menos 50 años, desde los 5 años de edad empecé con mi papá, de ahí para adelante le empecé a ayudar y a hacer cositas así sencillas, pequeñas, por mi cuenta, con la ayuda de él y de mis hermanos. Así empecé de los 10 años para adelante, empecé a participar en los concursos. A los 13 años gané mi primer premio; a los 20 años gané mi primer galardón nacional, que fue un concurso de platería en Taxco, Guerrero. De ahí para adelante seguí, seguí motivándome para ganar premios, me hizo que le echara más ganas a mi trabajo.
Ahorita en la actualidad tengo ganados 23 galardones, en cobre y platería, también he ganado primeros lugares en diferentes concursos. Actualmente el Gobierno del Estado de Michoacán me ha distinguido con el premio Eréndira, este premio se lo dan a personas que tienen una trayectoria muy amplia y se han distinguido por su trabajo, por su talento, por su historia del trabajo.
¿Cuáles piezas son sus favoritas para fabricar?
Pues hacemos de todo. Es un taller familiar, para los concursos tenemos que hacer algo diferente. De las piezas que me han dado más trabajo son algunas que tengo en Santa Clara, las de peces y las de plata, creo que todas son muy importantes para mí, todavía tenemos que hacer muchas más. En cada pieza nueva tenemos que luchar con la imaginación, para hacer algo diferente. Aparte de hacer la pieza, es imaginarla; aparte de eso tenemos que hacer las herramientas, las herramientas consisten en hacer los martillos que ya son para la pieza nueva, para cada pieza hecha solo nos va a servir la mitad de las herramientas y entonces tenemos que crear nuevas herramientas al momento de crear nuevas piezas.
Tenemos que invertir en el tratado del hierro para forjarlo, así como lo hacen los herreros, y tenemos que invertirle mucho trabajo y esfuerzo. Muchas veces en el primer intento no sale, son cosas laboriosas, todas la piezas son de un solo pedazo, no existen uniones. Por ejemplo, estos pescaditos los hacemos repujados en una misma pieza, no van pegados ni sobrepuestos. Es bastante trabajo.
¿Qué significa para usted este premio de Fonart?
Actualmente a Fonart le agradecemos mucho el apoyo que ha dado a través de los concursos, que también me acaba de distinguir con el premio a la trayectoria. Es el resultado de toda una vida de trabajo, es una satisfacción del trabajo, el poder hacer las cosas, es muy importante para mí, la verdad nunca imaginé estar hasta aquí, es una cosa muy bonita que me emociona, me motiva para seguir haciendo cosas, para seguir trabajando y seguir echándole ganas.
Invitamos a la gente para que vaya a Santa Clara, para que vea nuestro trabajo, vea cómo lo elaboramos, no es lo mismo ver o que le platique a verlo como se hace en vivo y a todo color ahí en el taller. Solo así se valora y se dan una idea de lo que estamos haciendo, por eso es muy importante que Fonart nos siga ayudando a hacer la promoción de las artesanías, de nuestro trabajo.
Josefina Gómez Segura. Foto: Mariana Torres
Josefina Gómez Segura
¿Usted qué hace?
Yo no fabrico, hay quien se encarga de hacer la tela del rebozo, le deja el fleco por así decirlo, el hilo largo, y yo solamente el empuntado, las labores, me tardo más o menos de dos a tres meses, porque es un trabajo muy laborioso. Es una obra de arte, que la verdad cuesta mucho, pero vale la pena. Cuando una empieza y ve así todo el rebozo, ve así todos los hilos y dice “hijo, ¿hasta cuándo voy a terminar?”, porque no tiene forma y una va dándole la forma, pero ya cuando tiene este trabajo terminado, como que siento mucha alegría y satisfacción.
A los 12 años elaboré mi primer tejido de rebozo, desde que yo me acuerdo es una tradición familiar, viene desde mis bisabuelas, es un trabajo familiar, ya con las nuevas generaciones. Yo empecé a hacer este trabajo por las necesidades que había en casa, fue lo que me alentó y motivó en crear artesanías, para seguir elaborándolo y ahora es un gusto.
Me gusta mucho elaborar tejidos como este, por ejemplo, de punta blanca o como este de punta negra o este que se llama chalina, que es de un solo color, que son mis favoritas.
